
Seguro que muchos músicos recordarán el célebre caso de Dave Carroll, el cantante canadiense que en 2009 mantuvo su particular cruzada contra una importante compañía aérea norteamericana que destrozó su guitarra durante el proceso de descarga de equipaje en Nebraska.
Finalmente y tras meses de infructuosas reclamaciones, la canción que compuso relatando lo sucedido dio la vuelta al mundo a través de las redes sociales y su caso fue atendido. El altercado, sin embargo, puso sobre la mesa una realidad largamente sufrida por músicos de todas las latitudes: la desprotección ante accidentes o hurtos -que se lo pregunten al mismísimo John Lennon, quien jamás recuperó la guitarra que compuso Love me do; o a George Harrison, Keith Richards, Iggy Pop, Beach Boys, Iron Maiden, REM, Steve Vai… Todos sufrieron robos irreparables-.
Y es que el instrumento es para un músico mucho más que un objeto de determinada cuantía económica -algunos pueden alcanzar cantidades realmente elevadas-. Y mucho más que una herramienta para desarrollar su trabajo profesional. Porque para un violinista, chelista o contrabajista el mástil de su instrumento es, prácticamente, una prolongación de su propio cuerpo. El valor que adquiere, pues, es incalculable.
Una caída, un mal golpe, un robo… Asegurar a todo riesgo la pérdida o daño material de los instrumentos por cualquier causa súbita, casual y externa al mismo se hace imprescindible para cualquier músico.
Las opciones son muy variadas, según el tipo de instrumento y las circunstancias del músico, tanto en reposo como durante giras, viajes o transporte, y puede abarcar el ámbito nacional, el espacio europeo o proporcionar cobertura en todo el mundo.
Además, se pueden asegurar instrumentos individuales o en grupo, cuando se trata de bandas u orquestas, así como incluir los equipos de sonido e iluminación, hasta un capital de 6.000 euros a primer riesgo, si se incluye en el capital asegurado.
Si tu pasión es la música, no te la juegues. Cuéntanos tus necesidades y te haremos un presupuesto a tu medida.